En este libro en clásico formato libro de superación, Steve Magness, ex entrenador de atletismo olímpico, nos muestra un nuevo paradigma, un enfoque actualizado, de qué es lo que sucede al organismo psicofísico humano cuando afronta una adversidad, y de cuales estrategias son útiles y cuales disfuncionales. Advierte, al inicio del ejemplar, que el antiguo paradigma de reprimir el dolor y soportarlo para demostrar fortaleza, pudiera no ser tan efectivo como se supone, y propone en su lugar un paradigma que se basa en la autorregulación emocional, el conocimiento reflexivo y la conciencia corporal. Esta dicotomía entre conceptos nuevo y antiguo de fortaleza es el mensaje central del libro, que va desgranando por capítulos, los cuáles siempre inician con el respaldo de un estudio científico o de una crónica vivida desde su experiencia, cómo los atletas que abrazan esta nueva concepción de fortaleza consiguen resultados más óptimos frente a los desafíos a los que se ven sometidos.
Es un libro, ante todo, de los que podríamos describir como motivacionales made in U.S.A, del cual se puede esperar una moderada profundidad en el tema que aborda. Por lo demás, posiblemente resulte útil a deportistas aficionados, pues incorpora varios elementos y citas de estudios sobre psicología potencialmente útiles al neófito, por ejemplo citando a Martin Seligman y sus estudios sobre indefensión aprendida, la capacidad de hablarse a uno mismo en tercera persona, despersonalizándose como sugieren algunos tipos de meditación, o bien el célebre 'caso Doorgate' sobre si Jack cabía en la tabla de madera en el filme 'Titanic', dónde se nos invita, a final de capítulo y en forma de máximas, a 'Olvidar la fachada y abrazar la realidad'.
Algunas máximas destacables del libro:
"El estilo autoritario genera una ilusión de disciplina sin fomentarla en realidad. Irónicamente, la enseñanza, la crianza diseñada para desarrollar este tipo de dureza produce individuos frágiles y dependientes."
Respalda dicha sentencia con un estudio en soldados israelíes, la crianza autoritaria de los cuales provocaba una peor respuesta al estrés en situaciones bélicas que aquellos que habían gozado de una infancia cariñosa.
"Al contrario de lo que dicta la visión tradicional de la fortaleza, una pizca de duda realista nos ayuda a mantener el rumbo y perseverar"
"La fortaleza nace mucho antes de salir a la pista o pisar el escenario: es fruto de nuestras expectativas"
"Los individuos perciben el entorno en función de los costes que conlleva actuar en él. Thibauls Deschamps"
"Pues, como hemos comprobado, el ser humano está realmente dispuesto a morir de hambre si morir de hambre tiene un sentido"
"Tendemos a achacarlo a la falta de voluntad o de motivación, pero lo cierto es que la apatía suele deberse a la sensación de falta de control sobre nuestras propias vidas"
"Cuando lo ponemos etiqueta a las emociones, podemos alterar la interpretación de las mismas, y también la reacciona de nuestro cuerpo a ellas"
"Nos hemos dejado engañar por la apariencia sin sustancia."
"Para mantener la motivación es esencial creer en que podemos progresar. Debemos sentir que nuestra historia no se ha acabado. Empleados previamente comprometidos se convierten en seres apáticos cuando intuyen que no hay forma de progresar profesionalmente"
"Las cenas de ese exitoso entrenador con sus jugadores eran meticulosamente cuidadas, porque él comprendía lo que la psicología ya ha descubierto: que el entorno invita a actuar"
Hemos optado por una visión de la fortaleza con filtros brillantes de Instagram, una fortaleza simulada y distorsionada que nos incita a vivir una fantasía en vez de abrazar la realidad, con sus fracasos, dudad e inseguridades"
"Cuando tienes una discusión fuerte en pareja, por ejemplo, y tal como apunta Robert Wright en su libro 'Por qué el budismo es verdad', este tipo de situaciones son un 'señal inequívoco que el cerebro está bajo las órdenes de un nuevo equipo de gestión"
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