Otra cruda obra del irreverente, revolucionario y nihilista Pedro García Olivo, ex profesor reciclado a pastor, mordaz e incisivo crítico de las sociedades capitalistas en general, y del fraude de la educación democrática en particular.
En ' El Husmo', Olivo se adentra en los rincones oscuros y miserables del alma de dos testimonios vitales en contextos bélicos; Uno, ex colaborador de los maquis en la guerra civil española. Otro, un exiliado simpatizante del marxismo en Hungría. En sucesivas entrevistas y eventuales charlas informales con ambos, este hilo conductor sirve al autor para desmigajar, como nos tiene acostumbrados, los velos, farsas e hipocresías varias con los que manejamos nuestra psique para hacerla soportable a la ignominia imperante.
Como siempre, la escritura de Olivo rezuma excelencia literaria a todos los niveles, encontrándose en sus descripciones vocablos como Estero, aherrojante, vástago, pasquines, cárdenas, rodena, fuste, entablamento, chirlo, ignívomo, corifeos, binaban, labrantío, madeja, traslumbante, capciosa, melifluo, hatillo, vindicar, figón, detersiora, apelmazar, erumnosa, orlado, cicatero, embastada, atarazaba, nepotismo, soliviantado, celajes, ambages, desencolado, desleírse, yacija, torvo.
'Conocí al profesor en el verano de 1987, abotargada mi curiosidad en el pavisoso disfrute de uno de esos viajes que se ha dado en llamar “de placer” (y que, en mi Opinión, esconden siempre un “viaje de dolor”: hay que estar herido para viajar de esa forma, herido de aburrimiento o herido de esclavitud).'
'Reprochar la bajeza que se me imputaba: abducir lucha al hablar de las luchas'
'Airear la crítica merecida del estalinismo, como si esos crímenes y horrores fueran la esencia, y no la degradación, del pensamiento marxista...'
'Hendiendo el aire con la roma espada de su verdad caduca y sin alcanzar jamás a un enemigo antiguo que, de tanto haberlo odiado, ya empieza a amar en secreto'
'Este hombre de ojos de hielo se aferra a sus ideas para no perecer de levedad y para saber aproximadamente quién se despierta en su cuerpo cada mañana'
'Las doctrinas estallan como los corazones y revelan su estruendoso vacío.
'Era preciso neutralizar la crisis existencial desmovilizadora: Había que aniquilar la propensión al turismo burgués, vacío y hedonista'
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