Blog donde recopilo lo (subjetivamente) mejor de fragmentos, artículos y reflexiones de textos místicos, religiosos, espirituales o filosóficos que me voy encontrando por mis peripecias literarias.

Doctrina Espiritual, San Felipe Neri

Pues las riquezas traen muchas veces consigo preocupaciones, inquietudes, relajación en la vida espiritual y finalmente desgraciadas caídas y ruinas; en cambio con la pobreza se alcanza la humildad, constante aplicación a la oración, obras de caridad para con el prójimo, con- fianza en Dios y finalmente todas las virtudes y la vida eterna.


Si la persona se halla perezosa y desabrida y siente apetitos sensuales molestos y frecuentes, no decaiga de ánimo, porque Dios, cuando quiere conceder una virtud, suele primero permitir que sea tentada con el vicio contrario, para que, peleando y resistiendo, se haga merecedora de aquella virtud por la que ha luchado.


"Soy obedecido porque mando poco.":

No debe tomarse a mal ni mostrar disgusto si se es corregido por príncipes y superiores mayo- res; al contrario, se debe volver a ellos con la misma alegría de rostro, a fin de disipar toda sospecha de haber quedado disgustado.

No debemos nunca afianzarnos en el propio criterio; mas, en todo asunto, pídase consejo al confesor y la oración de todos.

Dio el Santo al cardenal Federico Borromeo este prudente y cristiano consejo para regularse en los negocios mundanos: Que entrase en ellos con el mundo y saliese con Dios.


«No conviene—repetía—aficionarse a cosa alguna de este mundo, por pequeña que sea, si se desea alcanzar la perfección; antes bien, se debe estar desprendido de las criaturas y ansiar llegar a tal estado que se necesite un 'julio' (un real) y pidiendo no se encuentre».

Estaba el Santo tan ajeno al deseo de grandezas y tan desprendido de las riquezas, que a menudo decía: No encuentro en este mundo cosa que me llene; y eso sumamente me complace, no encontrar cosa que me satisfaga.


La opinión del Santo acerca del estudio de las ciencias era que se debe buscar saber, pero no con curiosidad y afanosamente.

Lo aprendido téngase oculto sin ostentación; pero sirvámonos de ello para hacer bien.


Non qui incoeperit, sedquiperseveraverit usque infinem, hic salvus erit. No el que comienza, sino el que persevere hasta el fin, ése se salvará.



Una de las cosas que sobre todo advertía a los confesores era que no tocasen la bolsa de los penitentes, diciendo que no se puede a un tiempo ganar las almas y el dinero, y solía, a menudo, repetir: Si queréis hacer fruto en las almas dejad quietas las bolsas.


Qué es mejor, ser estorbado de los hombres o de los demonios? Ensenándole que los estorbos venidos de la obediencia son meritórios a sí y útiles a los prójimos, y el retiro elegido por propia voluntad está indudablemente expuesto a las tentaciones, con peligro de perjuicio propio y esperanza de provecho a los demonios.


En atención a esto, cada cual debiera vivir de tal modo y tan santamente todos los días, y arreglar sus acciones con tanto esmero, como si aquél fuese el último día de su vida. La muerte, a los que todavía viven en estado de pecado, les suele causar temor, no así a los que, como san Pablo, desean morir y estar con Cristo.


Previendo el Santo el gran peligro que hay de perder el espíritu si vienen las riquezas, solía decir a los de su Congregación: Dios no os faltará dándoos la hacienda, pero cuidado que cuando tengáis ésta no os falte el espíritu.

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