Blog donde recopilo lo (subjetivamente) mejor de fragmentos, artículos y reflexiones de textos místicos, religiosos, espirituales o filosóficos que me voy encontrando por mis peripecias literarias.

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A X nunca le explicaron.

Las nociones lingüísticas con una mínima estructura aparecen en torno a los 3 años. ¿Qué hay antes de ellas?
¿Información instintiva? ¿Intuición? ¿Linguistica biológica tal como pregona Chomsky?

A X nunca le explicaron...

Con 3 años, entró en la guardería. Aún no identificaba demasiado de aquel mundo de formas que percibía.
¿A qué edad identificó el desengaño dentro de sí?


A X nunca le explicaron...

Recuerda cuándo, con 6 años, la profesora le enjuagó la boca con jabón por llamarla puta.
También recuerda cuando lo sancionaron por hacerle los dibujos a un compañero que no sabía dibujar (sorprendentemente, X era perfectamente conocedor de la previsible suspensión de asignatura de su compadre, hecho que fue ratificado en junio).

Sin embargo, posiblemente hasta los 9 o 10 años no se consolidó en él una idea recurrente, alimentada por la continua práctica de aquellos seres que le despertaban la más intensa de las indiferencias, pero a quien estaba obligado a obedecer: los adultos.
Esa idea, que aún no sabía articular en palabras, pero cuyo sentimiento era tan certero como visceral, era la idea del fraude.


Eso eran los adultos, un fraude.


Los había visto sonreír en la clase para, minutos después, arremeter en furiosas críticas contra sus compañeros de escuela (cuando no contra sus propios alumnos).
Le recordaban que había que cuidar el medio y la salud, pero se escondían para saciar su débil voluntad con el fatuo vicio del tabaco.
Fundamentalmente, hablaban de respeto cuando ellos eran la viva imagen de la ausencia de este atributo, hacia los demás y, por supuesto, hacia sí mismos.

Pero es que, en verdad...A X nunca le explicaron.

Y fue en esas circunstancias en que X nació. Porque el nacimiento de cualquier individuo, a nivel antropológico, se considera a través de su identidad.
Y, ¿Qué identidad puede existir si no en lucha, en oposición a otras, en permanente resistencia?
Ahí X nació como individuo. Pero, ¿En qué momento?

Fue a la hora del patio. X buscaba algún chicle usado en buen estado para darle una segunda vida.
La maestra lo había sorprendido recolectando las gomas masticadas entre la arena. Cuándo la autoridad pertinente le interrogó acerca de su actividad, X, en un arrebato pre-civilizatorio, respondió:

-Señora, los estoy recolectando para dejarlas en la basura.


Y la maestra, dubitativa (Todo adulto conserva aún un resquicio arrinconado de Alma), pero consciente que debía seguir el statu quo, le felicitó formalmente por sus buenos modales.

Ahí X nació como individuo, es decir, mintió. Oh, una mentira aparentemente trivial e inofensiva, por supuesto. Pero fue ahí dónde él (Al igual que nosotros) puso la semilla de la primera mentira, que, como todos sabemos, es inicio de toda una vida: Para justificarla hay que decir otra, y luego otra, y luego... Como una cadena de moléculas que va incrementando el volumen de su estructura in crescendo...Hasta terminar estudiando (mintiendo y mintiéndonos), trabajando, (mintiendo y mintiéndonos) y entrar en la esclavitud apática de quién tiene el Alma cargada de velos y falsedades, o (lo que es lo mismo) el ser humano medio del S.XXI.


Y, como, según habíamos dicho, toda identidad en tanto que cuerpo ideológico se forja en lucha perpetua con sus correspondientes opuestos, fue en ese día en que X empezó a nacer como individuo, y empezó a morir como Alma.

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