Blog donde recopilo lo (subjetivamente) mejor de fragmentos, artículos y reflexiones de textos místicos, religiosos, espirituales o filosóficos que me voy encontrando por mis peripecias literarias.

Lo Intemporal, Ken Wilber


"Y sin embargo, afirma el místico, la eternidad no es una opinión filosófica, ni un dogma religioso, ni un ideal inalcanzable. Es más bien algo tan simple, tan obvio, tan presente y tan directo que no tenemos más que abrir los ojos de una manera radicalmente empírica y mirar. Como repetidas veces insistió el maestro zen Huang Po: «¡Está ahí, frente a ti!».La razón de que el «contacto con lo eterno» nos parezca tan sobrecogedor se debe, en parte, a que generalmente entendemos mal el verdadero sentido de la palabra misma «eternidad». Por lo común imaginamos que la eternidad es un tiempo muy largo, una sucesión interminable de años, cuya cifra se extiende al infinito. 

Pero el místico no entiende en absoluto la eternidad de esa manera, pues la eternidad no es la conciencia de un tiempo perpetuo, sino una conciencia que se da por entero sin tiempo. El momento eterno es un momento intemporal, que no sabe de pasado ni de futuro, desconoce el antes y el después, el ayer y el mañana, el nacimiento y la muerte. Vivir con la conciencia de unidad es

 vivir en el momento intemporal, pues nada oscurece la divina luz más densamente que la corrupción del tiempo. Así lo expresó el maestro Eckhart: «El tiempo es lo que impide que la luz llegue a nosotros. No hay mayor obstáculo para Dios [la conciencia de unidad] que el tiempo. Y no sólo el tiempo, sino las cosas temporales; no sólo éstas, sino las ficciones del tiempo; no sólo las ficciones temporales, sino la mancha y el hedor del tiempo».

Pero debemos preguntarnos qué es un momento intemporal. ¿Qué instante es ajeno a una fecha o duración determinada? ¿Qué momento no es solamente fugaz y breve en el tiempo, sino absolutamente sin tiempo? Por extrañas que parezcan al principio estas preguntas, la mayoría de nosotros tendremos que admitir que hemos conocido momentos, momentos cumbre, que parecían, en efecto, mucho más allá del tiempo, tanto que el pasado y el futuro se disolvían en la oscuridad. Absortos en una puesta de sol; sobrecogidos por el juego de un rayo de luna sobre eloscuro cristal de un estanque sin fondo; arrebatados fuera de la identidad y del tiempo en el abrazo embriagador de un ser amado; atrapados y hechizados por los ecos del trueno que resuenan por entre brumas de lluvia… ¿Quién no ha rozado alguna vez lo intemporal?

¿Qué tienen en común todas estas experiencias? Parece, y el místico se muestra de acuerdo, como si en todas ellas el tiempo estuviera en suspenso porque estamos totalmente absortos en el momento presente. Es evidente que si nos ponemos a examinar este momento presente veremos que carece de tiempo. El momento presente es un momento intemporal, y un momento intemporal es eterno; es un momento que no sabe de pasado ni de futuro, de antes ni de después, de ayer ni de mañana. Penetrar

profundamente en este momento presente es, pues, sumergirse en la eternidad, dar el paso que nos hace atravesar el espejo y nos adentra en el mundo de lo que no nace y de lo que no muere.Para este momento presente no hay comienzo, y aquello que no tiene comienzo es lo que no nace. Es decir que, por más que lo busques, no puedes encontrar, ver ni sentir un comienzo de tu experiencia de este momento presente. ¿Cuándo empezó este presente? ¿Empezó alguna vez?¿No sería posible que este presente flotara tan por encima del tiempo que jamás, en ningún comienzo, haya entrado en la corriente de lo temporal? De la misma manera, no hay término para este momento presente, y lo que no tiene término es Lo que no muere. Tampoco aquí, por más que lo busques, puedes encontrar, ver ni sentir la terminación de tu experiencia de este momento presente. Jamás tienes la experiencia de que el presente se acabe (incluso si murieses, ya que no estarías allí para sentir que nada se acaba). Por eso hemos oído decir a Schroedinger que «el presente es la única cosa que no tiene fin». Aun suponiendo que las formas exteriores

del momento presente se precipitan en desconcertante sucesión en una cascada interminable, el presente mismo sigue siendo indestructible, permanece intocado por lo que nos han enseñado a interpretar como «tiempo». En este momento presente no hay pasado ni futuro: no hay

tiempo. Y lo que es intemporal es eterno. «Si quieres saber qué significa la eternidad —dice el maestro zen Seppo— no va más allá de este mismo momento. Si no consigues entenderla en este momento presente, no la alcanzarás, por más veces que renazcas en centenares de miles de años».

De manera que la noción de un tiempo perpetuo es una

monstruosidad, algo imposible de concebir, captar o experimentar realmente de ningún modo. Pero el eterno ahora, este momento intemporal, es tan simple y tan accesible como tu propia experiencia presente… porque los dos son una y la misma cosa. Por eso, como dijo Wittgenstein, «la vida eterna pertenece a aquéllos que viven en el presente». Porque la eternidad es la naturaleza de este momentointemporal y presente." 

 

 

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