Dos discípulos que tomaron sendas espirituales con distintos maestros,
se encuentran al cabo de los años en un cruce de caminos de un profundo
bosque:
-¡Vaya, que ilusión verte! ¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias. ¿Y tú, amigo?
-¡Oh, fantásticamente! Pues encontré a un Maestro increíble. Creo que alcanzaré la iluminación en no mucho tiempo... ¿Sabes? Es capaz de levitar... ¡Y de andar sobre las aguas!
¿Qué sabe hacer el tuyo?
-¿El mío? El mío cuándo come, come.
Y cuándo duerme, duerme.
-¡Vaya, que ilusión verte! ¿Cómo estás?
-Muy bien, gracias. ¿Y tú, amigo?
-¡Oh, fantásticamente! Pues encontré a un Maestro increíble. Creo que alcanzaré la iluminación en no mucho tiempo... ¿Sabes? Es capaz de levitar... ¡Y de andar sobre las aguas!
¿Qué sabe hacer el tuyo?
-¿El mío? El mío cuándo come, come.
Y cuándo duerme, duerme.
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