Había una vez un erudito especializado en las propiedades medicinales de las plantas, que escuchó a los campesinos de un país remoto hablar sobre las excelsas propiedades curativas de la madera de sándalo.
Conmocionado con la posibilidad de obtener un poco e investigarla, el estudioso empezó a escribir cartas a todos los sabios e intelectuales que conocía, para conocer más acerca de sus propiedades y su procedencia.
Un día, mientras estaba escribiendo una de sus enésimas cartas, tras meses de investigación, observó el lápiz con que había estado escribiendo:
Era de madera de sándalo.
El hombre se pasa la vida pidiendo lo que ya tiene,
buscando lo que nunca ha perdido.
0 Comentarios