Blog donde recopilo lo (subjetivamente) mejor de fragmentos, artículos y reflexiones de textos místicos, religiosos, espirituales o filosóficos que me voy encontrando por mis peripecias literarias.

"Felicidad que permanece", Bert Hellinger

"Reconocer la incompletitud: El hombre, ha de renunciar a la convicción de que como hombre sólo es un ser humano completo. Y la mujer, por su parte, otro tanto. Al reconocerlo renuncian a una convicción anterior y se vuelven humildes, es decir, reconocen que estan necesitados.

El crecimiento significa: yo asumo en mi interior algo que hasta ahora me era ajeno y que me desafía a renunciar a mi sensación de superioridad."


"Hace un tiempo, estuve en Canadá con los indios. Se organizó un curso con ellos. Un jefe indio me contó que, en su idioma, no existe la palabra justicia. ¿Os podéis imaginar eso? No hay palabra para la justicia. Le pregunté entonces: ¿Qué pasa cuando alguien comete un asesinato? Y me contestó: "La persona es adoptada por la familia de la víctima".

"Las leyes de la sistémica familiar exigen que todo individuo del sistema sea reconocido en él. Si alguien fue o es excluído, usualmente el niño del sistema lo reconoce en su inconsciente y le da voz. ¿Cómo? Puede comportarse de manera extraña , drogodependencias, delincuencia... El niño, por amor al excluído, lo representa. Y obliga al sistema, a través de su comportamiento a mirar con amor al excluído e integrarlo.

En lugar de mirar al niño con preocupación asistencial y tratar de cambiarlo (lo que es reiteradamente inútil), hay que dejar de mirar al niño, y mirar adonde él está mirando: dónde está el foco de su amor."

"Cuándo llevo días estando ansioso, por la noche me preguntó: "¿ A quién le he negado mi benevolencia? De repente esas personas se me presentan interiormente."

"Un trauma infantil muy frecuente es el movimiento interrumpido precozmente hacia la madre o hacia el padre, la mayoría de las veces hacia la madre. Cuando el niño, no puede alcanzar el objetivo hacia el que tiende su amor, se pone triste, se enfada y a veces se desespera. Este enfado, esta desesperación, esta tristeza no son más que la otra cara del amor, un amor que no llega a cumplir su propósito.

Cuando, en la vida adulta, estos hijos intentan ir hacia otra persona, su cuerpo recuerda esta interrupción y el movimiento hacia el otro se interrumpe de nuevo. No pueden caminar con su amor y a menudo vuelven sobre sus pasos. Cada vez que llegan al estado en el que notan de nuevo las sensaciones dolorosas de su infancia, se detienen. En lugar de ir hacia el otro, se dan la vuelta y se desvían iniciando un movimiento circular, alejándose de él y acercándose aún más al estadio de la interrupción de antaño."

 


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