"Las culturas de gratitud deben ser también culturas de reciprocidad.
Cada individuo, humano o no, está unido a los demás en una relación
recíproca. Igual que todos los seres tienen un deber hacia mí, yo tengo
un deber hacia ellos. Si un animal o planta da su vida para alimentarme,
yo a su vez debo hacerle posible la vida. Si de un arroyo recibo el don
del agua, soy responsable de cuidarlo. Una parte integral de la
educación humana consiste en ser consciente de tal responsabilidad y
aprender a llevarla a cabo. El Mensaje de gratitud nos recuerda que los
dones y los deberes son dos caras de la misma moneda. Es
claro el don que ofrece la lluvia por ejemplo, pero, ¿Cuál debe ser el
de los humanos? Si dones y responsabilidades son una sola cosa, ¿Cuál es
nuestro don/responsabilidad? Se dice que solo los humanos tienen
capacidad para agradecer. Ese es uno de nuestros dones."
"En
una ocasión impartí un taller de escritura sobre las relaciones con la
tierra. Todos los alumnos afirmaban que amaban la Tierra. Cuándo les
pregunté si creían que ese amor era correspondido, hubo silencio. Nadie
se lo había planteado. Así que me avancé diciendo: ¿Qué ocurriría si
tuviéramos la certeza de ser correspondidos en este amor? Uno de los alumnos sentenció: 'No perjudicaríamos a quien nos profesa amor'.
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