Un día conocí al hombre más feliz de cuantos se han cruzado en mi vida.Nunca había salido de su pequeño pueblo de Montaña. Immediatamente recordé cierto texto taoísta que hablaba sobre la capacidad del Alma de conocer el Universo entero sin moverse de dónde uno está.Y justo después me acordé de mi amigo, que acostumbraba a decir: "No se trata de un cambio de circunstancias externas, ni de un cambio de lugar: se trata de un cambio de espacio interior". Ese recuerdo continua siendo mi guía hacía la serenidad cuándo, por confusión o pereza, permito que la ilusión de creer que la Luz está en algo del afuera me provoque de nuevo. "Quién mira hacia fuera, sueña.Quién mira hacia dentro, despierta"
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