En una ocasión un amigo del Mulá Nasrudín fué a visitarlo a su casa.
Se presentó vestido con harapos y mugriento:
-Hola, Mulá - saludó el amigo
-¡Me alegro de verte, compañero! Pero, dime, ¿Qué haces vestido así y con esa cara?
-Quede arruinado - respondió el amigo - perdí mi mujer y fui abandonado por mi familia.Desde entonces vivo en la calle.Si tú pudieras echarme una mano aunque fuera sólo por hoy...
-¡Por supuesto que si compañero! Y le dio ropa limpia, una sopa y alojamiento para dormir, prometiéndole ayudarlo a buscar empleo y empezar una nueva vida.
Por la noche, cuándo ya el huésped dormía, Nasrudín se puso a llorar.
-¿Porque lloras? - le dijo su mujer
Ha venido un amigo y tu has tenido la oportunidad de ayudarlo.
-Lloro, mujer, porque yo, en mi egocentrismo, ni siquiera supe darme cuenta de que mi amigo llevaba largo tiempo hundido, necesitado de ayuda.Y yo no presté atención..hasta que casi fue demasiado tarde.
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