Blog donde recopilo lo (subjetivamente) mejor de fragmentos, artículos y reflexiones de textos místicos, religiosos, espirituales o filosóficos que me voy encontrando por mis peripecias literarias.

El Libro de Mirdad: Un faro y un puerto

El Libro de Mirdad eBook: Naimy, Mikhail: Amazon.es: Tienda Kindle 

CAPITULO TREINTA Y CINCO 
Fulgores en el camino que conduce a Dios 

MIRDAD: En el silencio de esta noche, Mirdad iluminará con fulgores vuestro camino hacia Dios:

-Evitad las discusiones. La verdad es un axioma que no necesita ser demostrado.
Todo lo que necesita ser sustentado con argumentos y pruebas, más tarde o más temprano, será demolido con pruebas y argumentos. Demostrar algo es negar su opuesto. Demostrar lo opuesto es negar lo que había sido afirmado. Dios no tiene opuestos. ¿Cómo podríais demostrar su existencia o negarla?
-Para ser instrumento de la Verdad, la lengua no debe ser jamás mayal, garfio, veleta, acróbata o barrendero. Hablad para aliviar al que está sin habla. Callad para aliviaros.
-Las palabras son barcos que navegan por los mares del espacio y atracan en muchos puertos. Tened cuidado con qué los cargáis; pues habiendo seguido su curso, terminarán por descargar su carga en vuestro puerta.
-Lo que la escoba es para la casa, la búsqueda de sí mismo lo es para el corazón. Barred bien vuestros corazones. Un corazón bien barrido es una fortaleza inexpugnable.
-Tal como vosotros os alimentéis de los hombres y de las cosas, así ellos y ellas se alimentarán de vosotros. Sed alimento saludable para el prójimo, si no queréis ser envenenados. Si dudaseis sobre el próximo paso que debéis dar, permaneced quietos.
-Vosotros sois desagradables a las cosas que os desagradan. Apreciadlas y dejadlas en paz, apartando así un obstáculo de vuestro camino. La más insoportable molestia es considerar algo como molesto.
-Escoged entre estas dos cosas: poseer todo o no poseer absolutamente nada. Ningún término medio es posible. Toda piedra de tropiezo es un aviso. Leed cuidadosamente la advertencia y la piedra se transformará en un faro.
-Lo recto es hermano de lo torcido. Lo primero es un atajo, lo segundo es un camino indirecto. Tened paciencia con lo tortuoso.
-Cuidaos de elogiar o de recibir elogios, aunque sean sinceros y merecidos. En cuanto a la lisonja, sed sordos y mudos a sus pérfidas promesas. No despreciéis a nadie. Es mejor ser despreciado por todos los hombres que despreciar a uno sólo de ellos. Despreciar a un hombre es despreciar al Micro-Dios que hay en él. Y despreciar al Micro-Dios en cualquier hombre, es despreciarle en vosotros mismos. ¿Cómo podría alguien llegar a su puerto seguro, si menosprecia al único piloto que le podría conducir a ese puerto?
-No debéis intentar eliminar el mal del mundo; pues incluso la hierba dañina sirve de buen abono. Si de entre mil hipócritas consiguieseis llevar a uno sólo a la sencilla honestidad, en verdad os digo que grande habría sido vuestro éxito. Poned un faro en lo alto y no vayáis llamando a los hombres para que lo vean. Aquéllos que necesiten luz no precisarán que les invitéis a ello.
-Muchas veces hallaréis que vuestro camino es intransitable, sombrío y solitario. Sed perseverantes y continuad afanosamente recorriéndolo; al girar en cada recodo encontraréis un nuevo compañero. Ningún camino del espacio inviolado está aún inexplorado. Cuando las huellas son escasas y distantes unas de otras, el camino es seguro y recto, aunque rudo y solitario en algunos trechos. -Levantad, no sólo una vez, ni dos, ni cien, al hombre que tropieza cuando intenta seguir vuestra orientación. Continuad levantándole hasta que ya no tropiece más, recordando que también vosotros fuisteis criaturas. Ungid vuestros corazones y vuestras mentes con el perdón, para que podáis tener sueños ungidos.
-La vida es una fiebre de intensidad variable y de diversas especies, según la obsesión de cada hombre; y los hombres están siempre delirando. Bienaventurados los que deliran con la Sagrada Libertad que es el fruto de la Sagrada Comprensión. Las fiebres del hombre son transmutables. La fiebre por la guerra puede ser transmutada en fiebre por la paz; la fiebre por acumular riqueza, puede ser transmutada en fiebre por acumular amor. Esa es la alquimia del Espíritu, que sois llamados a practicar y enseñar. Pedid vida para el que esté muriendo; y para el que esté viviendo pedid muerte. Mas para aquél que anhela la Realización, rogad que se libere de ambas. Grande es la diferencia entre «poseer» y «ser poseído». Poseéis solamente aquello que amáis. Aquello que odiáis os posee. Evitad ser poseídos.
-Quejarse de algo es transformarlo en castigo del que se queja. Soportarlo bien es castigarlo bien. Pero comprenderlo es convertirlo en un siervo fiel.
-Jamás erraréis un objetivo si aquello a lo que apuntáis os apunta. Un objetivo que se yerra es siempre un objetivo alcanzado. Haced que vuestros corazones estén a prueba de decepciones. Las decepciones son aves de rapiña empolladas por corazones débiles, criadas con la carroña de sus abortadas esperanzas. Una esperanza que se realiza se transforma en madre de muchas esperanzas abortadas. ¡Cuidado! No concertéis el matrimonio de vuestros corazones con la esperanza, si no queréis que ellos se transformen en cementerios.Puedan la paz y el silencio de esta noche vibrar en vosotros hasta que los sumerjáis en la paz y el silencio de la Sagrada Comprensión. Así enseñé a Noé. Así os enseño a vosotros.

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