Blog donde recopilo lo (subjetivamente) mejor de fragmentos, artículos y reflexiones de textos místicos, religiosos, espirituales o filosóficos que me voy encontrando por mis peripecias literarias.

Bodhidharma y otros microrelatos

La leyenda nos habla de rey Simhavarman, quién en su vejez, preguntó a sus tres hijos, empezando por el mayor: ¿Cuál es el mayor mérito alcanzable por el ser humano?
"-Dominar toda criatura, tierra y río a lo largo y ancho del mundo con poderío y honor" - respondió el primero.
"-Para mi, mi estimado padre, el mayor mérito es recorrer todo país remoto y extraño, y ser conocedor de las culturas todas que habitan en el mundo"
- dijo con convicción el mediano.

El tercero, de apenas cinco años, respondió:
"-Padre, no hay mayor mérito alcanzable que el de conocerse a uno mismo.
El que haya llegado a conocer su ser en la forma original, ha conseguido el mérito más elevado y último de la existencia humana."
El nombre de este niño era Bodhidharma, y fue el primer patriarca del Budismo Zen.


"Diálogo entre un discípulo y su maestro:
-Maestro, si en el día de mi transición, al pasar el umbral, Dios me pregunta porque no fui más justo, recto, compasivo y amable, yo, que tantas veces he sido negligente, descuidado, yo...no sabré qué responderle...
-Si Dios me hace esta pregunta a mí al trascender, tengo muchos y buenos motivos para responderle acerca de mis esfuerzos.
Sin embargo, mi querido alumno, si en cambio me pregunta porque no fui simplemente yo mismo, entonces...entonces seré yo quien no sepa qué decirle..."


"Estaba el diablo sentado en un banco, cuándo se le cruzó un hombre que iba a toda prisa por la calle:
"-¿Qué pides a cambio de tu alma?" - Le dijo el diablo
"-Mira...pues...deseo poder...dinero...fama..reconocimiento...¿Me darás todo eso?" -Peguntó el hombre
"-No te daré nada" -Le respondió burlón el diablo
"-Entonces no te daré mi alma"
"-Tu alma ya es mía"


"Dos discípulos, quienes en su juventud habían tomado senderos de práctica con maestros distintos, se encontraron al cabo de diez años en un cruce de caminos.Después de una efusiva salutación, el primero, lleno de agitación, le dijo al segundo:
"-¿Sabes? Mi Maestro sabe caminar sobre las aguas, y levitar...! ¿Qué sabe hacer el tuyo?"
"-El mío cuando come, come.Y cuando duerme, duerme"

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