El Mundo, en resumen, es como una montaña: tú oyes el eco de lo que dices. Si piensas "He dicho algo bien y la montaña me ha respondido algo feo", eso es algo imposible.
Es imposible que el ruiseñor cante en la montaña y se oiga el grito de una corneja.
"Los espíritus, en el mundo de la santidad, encontraban agradable la rememoración de Dios y la absorción en Él cómo ángeles. Si caen enfermos y afligidos a causa de su unión con el cuerpo y les gusta comer arcilla, el profeta y el santo, que son médicos, dicen:
-Ese agrado es una mentira. Lo agradable para ti es otro alimento que has olvidado. Lo agradable a tu naturaleza sana es lo que te era originariamente agradable. Esta enfermedad te es ahora agradable, encuentras lo agradable dónde no está, y no crees en lo verdadero.
"Cuánto más numerosos son los invitados, más se amplía la casa, más se adorna, más alimentos se traen."
"No ves que, ¿cuándo el niño es pequeño, es también pequeño su pensamiento, semejante a un invitado que conviene a la morada de su cuerpo?
Cuándo crece, los pensamientos, los invitados suyos, aumentan. Razón, percepción, discernimiento... y la morada se amplía.
Cuando llegan los invitados del Amor, la morada no puede contenerlos; destruyen la casa y construyen edificios nuevos. Un séquito de tal magnitud necesita una morada más amplia, y estos velos, una vez colgados, darán luminosidad, desplazarán los velos antiguos y harán aparecer lo oculto; al contrario de los velos de este mundo, que aumentan la opacidad.
"Conviene pues, más que enamorarse del arrebatamiento físico, pasajero, enamorarse de la pobreza espiritual misma, que tantas bellezas contiene"
"Los conocedores de la Verdad saben que la Casa en la que siempre se está a salvo se encuentra en el fuero interno del hombre"
"La palabra es como el Sol; Todos los hombres obtienen de él calor y vida. Continuamente presente, pero solo se distinguen sus rayos cuando se reflejan en una pared."
Lo sutil necesita densidad para manifestarse y ser visible.
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